El cristal templado o vidrio reforzado recibe su nombre debido al tratamiento de calor que se emplea para que sea más fuerte y resistente que los vidrios convencionales. Para esto, el material es sometido a varias fases de calentamiento y enfriamiento hasta alcanzar una resistencia y dureza 10 veces superior al producto original, lo que le da su nomenclatura de “templado”.

Otra de sus características radica en que, al estrellarse, el vidrio templado se fractura en pequeños trozos con terminaciones curvas, en vez de pedazos filosos, por lo que el tratamiento de templado del cristal mejora también su funcionalidad.

Algunas de sus aplicaciones son:

Acristalamientos fijos o móviles para puertas corredizas, entradas de edificios, mamparas de baño, separaciones de cristal y demás elementos que requieren una mayor resistencia y seguridad.

Ventanas y ventilas de cristal, se fabrican generalmente en espesores de 6, 8, 10 y 12 mm, el espesor del vidrio depende de factores como la altura del sistema, las condiciones climáticas de la zona y la incidencia de viento.


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